China: La clave del Éxito (I)

China: La clave del Éxito (I)

A fines de 1976, China era un país agrícola con el 82,6% de su población viviendo en el campo, la mayoría en la pobreza absoluta. Después de la década de la “revolución cultural” (1966-1976) misma que concluyó en octubre de ese año, la economía china estaba al borde del colapso y su sistema político estaba en desorden.

Ante éstas circunstancias el pueblo chino analizó el futuro de su país y los líderes estatales comenzaron a rediseñar estrategias, políticas y planes de desarrollo. Después de dos años de ese proceso, a finales de 1978 se presentó un paquete de nuevas políticas económicas, reforma y apertura; que marcaron el comienzo de la nueva vía de desarrollo para China.

Cuatro décadas después, la economía china mostró un gran desempeño, liderado por su sector manufacturero que es ahora el más grande del mundo en términos de valor agregado. Así también, China se constituyó en el mayor productor de 220 de los 500 principales productos industriales a nivel mundial; que incluyen: hierro, acero, carbón, cemento, aluminio y cobre refinado.

Ya para el año 2016, China contó con un valor agregado agrícola que representó solamente el 8,6% de su PIB, completando así la transformación de un país agrícola a un país manufacturero; pero no solo eso, con una tasa de urbanización del 57,4%, la sociedad china pasó de la fase agraria a la urbana.

A continuación presento algunas de las acciones que han permitido a China conseguir importantes logros y desarrollo con el paso de los años:

Se destaca la generación de un proyecto de desarrollo único denominado el “socialismo con características chinas”; un proyecto de naturaleza socialista en el cual se destacan sus rasgos indígenas y donde se busca la prosperidad común. El mismo no limita a que un porcentaje de los ciudadanos tengan acceso a riqueza antes que otros, siempre y cuando se persiga el objetivo macro de crear una vida de abundancia para todos.

Es así que el gobierno chino ha puesto el alivio de la pobreza en un lugar prioritario de su agenda de planificación, implementado una serie de políticas y medidas al respecto. Estos esfuerzos han dado sus frutos: 700 millones de chinos han superado la pobreza absoluta en los últimos 40 años, y se espera que el número restante siga el mismo camino para el 2030.

Otras acciones del gobierno han aportado con este fin, por ejemplo la creación de alrededor de 13 millones de empleos urbanos cada año, el incremento del acceso a la educación, el mejoramiento a la seguridad social y la reducción de las diferencias entre los ingresos de quienes trabajan en zonas urbanas en comparación a quienes lo hacen en zonas rurales.

El camino del desarrollo de China muestra otras características especiales que difieren del mundo occidental, donde el gobierno juega un papel preponderante en todos los sectores de la nación, incluido el impulso del desarrollo económico y social. Así también mantiene la influencia de factores históricos, culturales y tradicionales de su cultura, como por ejemplo algunos pensamientos del «Confucianismo (儒家Kǒngjiào)» relacionados a la relación entre el estado de derecho y el estado de virtud, la relación entre orden y reglas, y la vinculación entre la red social y el desarrollo.

Como se conoce, China logró una gran parte de su desarrollo a partir de la reforma iniciada por Deng Xiaoping (邓小平), la misma que ha tenido éxito porque enfocó su orientación hacia la apertura de mercado.

En sus primeros años, la República Popular China asemejó su modelo de economía planificada al de la ex Unión Soviética, lo que provocó aumento de la productividad y la economía nacional, pero también problemas que requerían la introducción de instituciones y sistemas basados en la apertura de mercado para ser solucionados.

Así, China realizó una transición ordenada donde no eliminó por completo los sistemas e instituciones de la economía planificada, sino que permitió que el anterior y nuevo sistema e instituciones coexistieran y se complementaran entre sí. De esta manera, la planificación del gobierno y el funcionamiento del mercado pudieron alcanzar un equilibrio relativo en un proceso dinámico, en el que la reforma se fue generando sin afectar la estabilidad social.

La apertura de China, se desarrolló en tres etapas: La primera fue durante las décadas de 1980 y 1990, cuando el objetivo era solicitar inversión extranjera en proyectos industriales y de infraestructura nacional. Debido a sus ubicaciones geográficas y herencias históricas y culturales, las áreas costeras, especialmente Guangdong, Fujian y Shanghai, experimentaron el crecimiento más rápido durante este período de tiempo.

La provincia de Guangdong, por ejemplo, ha mantenido durante mucho tiempo una gran afinidad con Hong Kong a través de estrechos vínculos comerciales y sociales. Después de que comenzara la apertura, una serie de empresarios de Hong Kong abrieron fábricas en Guangdong, transformando una gran cantidad de aldeas en bases de fabricación de diferentes tipos de productos y posicionando a China como la “fábrica del mundo”.

La segunda etapa se desarrolló desde la adhesión de China a la OMC en el período 2001 a 2012, a partir de lo cual se cumplieron dos objetivos: hacer que su comercio exterior y sus inversiones cumplieran las normas internacionales, principalmente las de los países occidentales más desarrollados, y convertir a sus sector empresarial y productivo  en una parte indispensable de las cadenas industriales y de valor mundiales.

La tercera etapa surge a partir del año 2013, marcada por la propuesta de construir conjuntamente el Cinturón Económico de la Ruta de la Seda y la Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI. A través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China espera aprovechar al máximo sus ventajas financieras, tecnológicas y de recursos humanos para promover la conectividad, el comercio, las inversiones, las finanzas y los intercambios interpersonales.

Se espera que esta iniciativa impulse el apoyo mutuo y el desarrollo sincronizado entre los países participantes, con el objetivo de aportar a un desarrollo sostenido, innovador e inclusivo a nivel mundial.

Aún hay más por destacar, espérenlo en la II Parte de «China: La Clave del Éxito»…

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